Somos vermuteros.
Tanto fuera como en casa, lo tomamos casi cada domingo.
Por eso nos emociona descubrir lugares con encanto donde poder tomarlo y con esa excusa fuimos a conocer La Mari Ollero.

¿Dónde está?
Encontramos La Mari Ollero en la calle Calabria 5, muy cerca de la parada de metro Poble Sec.
¿Cómo es la decoración?
Es una mezcla entre rústica e industrial. Además, en las estanterías que tienen en las paredes tienen un montón de latas y productos típicos de vermut, lo que le da un encanto especial.

¿Cómo nos atendieron?
Fenomenal. La chica que nos atendió fue muy amable, nos explicó los platos que había fuera de carta y nos hizo muy buenas recomendaciones.
¿Qué comimos?
Como había un montón de platos en la carta que nos apetecía probar, decidimos pedir varios para poder compartir y picotear.
Empezamos con unas patatas bravas, porque somos así, si las vemos en una carta las tenemos que pedir. Estaban muy buenas porque las hacen con patatas pequeñitas casi enteras y la salsa no era ni demasiado suave ni demasiado picante.

Seguimos con una ensaladilla rusa, que ahora en verano siempre nos apetece un montón. La de aquí estaba buenísima y se notaba que era casera por el sabor tan auténtico que tenía.

Pedimos también una coca de escalivada. Espectacular. Creo que fue mi plato favorito de los que pedimos. Estaba deliciosa, los sabores eran muy intensos y juntamente con el del pan, que era casero, daban un espectáculo gustativo.

Siguiendo la línia de las verduras a la brasa, pedimos la berenjena asada con romesco. Estaba riquísima. La textura era ideal, muy blandita, y la combinación con el sabor de la salsa romesco (que es una de nuestras favoritas) era fantástica.

David remató con el lechón al horno. Según él, estaba riquísimo, la carne muy sabrosa y muy tierna. Yo no os puedo decir porque no como este tipo de carnes.

Y para terminar, ya que estábamos aún de vacaciones y nos quisimos dar el capricho, pedimos unos postres caseros que estaban espectacular ambos. David pidió el chocolate de bollo con pan de chocolate y sal, y yo pedí la crema catalana.

Y… ¿cómo está de precio?
Al reservar mediante El Tenedor con un 30% de descuento, lo que comimos más algunos vermuts nos costó 42€.
Valoración global
La Mari Ollero nos encantó.
La comida que ofrecen en su carta, al menos la que probamos nosotros, es una delícia, por el local tan bonito y por la magnífica atención que nos dieron.
Ideal para ir en un grupito pequeño y picotear para probar varios platos mientras vais tomando unos vermuts, que al final es la gracia del asunto.
Repetiremos seguro por todo lo mencionado anteriormente y porque nos queda a un tiro de piedra.
Teresa