El brunch es una comida fascinante. Ideada para aquellos que se levantan tarde y saben que es demasiado tarde para desayunar y quizás demasiado pronto para comer. Por eso, lo hacen todo. Toman platos salados más propios de una comida y platos dulces, no solamente como postre, característicos de un desayuno.
Desde hace unos años, el brunch se ha popularizado mucho, tanto que incluso tenemos locales que se dedican exclusivamente a ofrecer esta comida.
Así que hace unos domingos, aprovechando el día espléndido de verano que hacía, David y yo decidimos darnos un homenaje e ir a disfrutar del Brunch Raval, el brunch que ofrece el hotel Barceló Raval y cuya principal particularidad es que se trata de un buffet.
¿Dónde está?
Encontramos B Lounge, el restaurante del hotel Barceló Raval, en la Rambla del Raval 17; una zona que están intentando revitalizar desde hace ya unos cuantos años.
¿Cómo es la decoración?
Única. Una mezcla entre barroca, por lo cargado, y moderna, por las formas y los colores. Sin ninguna duda, a mí, las sillas rosas y negras me fascinaron.
¿Cómo nos trataron?
Correctamente. El personal que nos atendió nos acompañó a la mesa y estaban atentos de retirarnos los platos periódicamente para que no se nos acumularan. Sin más.
¿Qué comimos?
En este caso particular, es difícil decir con exactitud que comimos ya que, al ser un buffet, probamos de todo.
Hay una gran variedad de opciones, tanto en dulce como en salado, y para todos los gustos: bollería, verduras a la plancha, buffet de ensaladas, tapas de tortilla, hummus, guacamole, fruta, repostería, zumos, etc. Así que para que os hagáis una mejor idea, os dejo unas fotos en las que se aprecia lo que había y, sobretodo, lo atractivamente presentado que estaba.
Por lo general, todo estaba muy bueno. Obviamente cuando hay tanta oferta, hay cosas que están mejor y otras que están peor; pero siempre encuentras algo con lo que aciertas. Por ejemplo yo, personalmente, encontré deliciosas las verduras a la brasa con salsa romesco, sin embargo, hubiese agradecido que los mini wraps hubiesen sido de mejor calidad; pero la totalidad era buena.
También disponen de huevos florentine con jamón o con espinacas, eso sí, hay que tener en cuenta que si se quieren tomar, hay que pedirlos al personal (ya nos lo advierten cuando nos sientan en la mesa) y los traen a la mesa. La verdad es que merecen la pena porque estaban riquísimos.
Pero sin ninguna duda, lo mejor del brunch es al terminar de comer. El mismo personal del restaurante te da un tiquet para tomar un cóctel en la terraza 360º, en la planta más alta del hotel y que, al ser el hotel circular, ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. Y eso para los enamorados de Barcelona como yo, suma muchos puntos.
David tomó un Bloody Mary y yo una Mimosa, y con el buen día que hacía y las maravillosas vistas de toda Barcelona, hicieron que disfrutáramos de un domingo redondo.
Y…¿cómo está de precio?
Es un precio cerrado y cuesta 25€ por persona, lo qual está muy bien ya que así no te tienes que preocupar de lo que vale cada plato y, si sois de comer bastante, la relación cantidad-precio es muy buena, y además en un magnífico entorno.
Valoración global
Es una experiencia muy recomendable. Sobretodo, no hay que dejarse llevar por la gula e ir cogiendo la comida poco a poco para saborear más y disfrutar más de la estancia. Además, el toque final en la terraza añade un toque diferente y más glamouroso aún si cabe a la experiencia.
Teresa
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