Todos sabemos que comer fuera, rápido y bien es, la mayoría de las veces, una tarea complicada. Por eso, cuando encuentro un lugar en el que comer algo sencillo y rápido pero de calidad, la alegría es inmensa.
Y uno de estos lugares es Tosta, un pequeño restaurante en c/Blai 28 que, en mi opinión, se diferencia muy bien del resto de bares de tapas que hay en la misma calle (hace un tiempo hice un post sobre la calle Blai que podéis recuperar aquí) y lo hace un lugar más especial.
El local es muy sencillo, con aspecto de tasca modernizada y bastante acogedor; con una zona de mesas altas y taburetes y otra de mesas más bajitas y cómodas.
Y…¿qué se come en Tosta? Pues Tostas.
Ya. Pero, ¿qué son? Son unos bocadillos pequeños, en pan artesanal, con rellenos que no son los típicos que encontraríamos en cualquier bocadillería.
Yo pedí una Tosta Apa Butifarra, con butifarra, queso brie, cebolla caramelizada y mostaza; y David pidió una Tosta Guay Thai, con pollo thai, kale y crema de espinacas.
Ambos estaban muy buenos y los sabores eran espectaculares y muy auténticos. Eso sí, que no os engañe el tamaño pues aunque son pequeños, son muy contundentes y uno sale satisfecho con uno solo.
Para acompañar las dos Tostas, pedimos unas patatas rústicas deliciosas que disfrutamos muchísimo.
Toda la comida nos encantó y nos sirvieron muy rápido por lo que nos pareció una opción ideal para comer cuando se tiene algo de prisa pero se quiere comer de calidad. Además el precio es magnífico también ya que cada una de las Tostas que pedimos nos costó 5,5€ (la más cara de la carta cuesta 6,3€) y las patatas 3,5€.
Si estáis por la zona y vais con prisa o queréis comer algo sencillo pero sin renunciar a la calidad y al sabor, sin duda Tosta es una magnífica opción. Nosotros repetiremos seguro.
Teresa
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