Izakaya. Ramen informal en Barcelona.

Hace unas semanas (quizás pocos meses) vi que habían abierto un nuevo restaurante cerca de casa en el que, junto al nombre, ponía Ramen House. Lógicamente me emocioné enormemente porque los ramen son uno de mis platos favoritos en el mundo.

Aprovechando que hace unos días el tiempo se volvió loco e hizo frío otra vez, fuimos a probar Izakaya.

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¿Dónde está?

Encontramos Izakaya en Ronda Sant Pau 7, muy cerca de la parada de metro Paral·lel.

¿Cómo es la decoración?

Bastante sencilla. Lo cierto es que Izakaya ha heredado la decoración con toques industriales del restaurante que había anteriormente en el local, así que para los que ya lo conocíamos no nos viene de nuevas.

Aún así, destaca un gran dibujo de un pulpo gigante y muy colorido en una de las paredes de justo la entrada.

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¿Cómo nos atendieron?

Bien. Los camareros que nos sirvieron fueron amables pero dentro de una normalidad.

¿Cuándo fuimos?

Fuimos a comer un festivo sobre las 14h y la verdad es que cuando llegamos no había nadie y tampoco llegó demasiada gente mientras estubimos allí.

¿Qué comimos?

Empezamos compartiendo unos gyozas y una tempura de verduras. Dos clásicos pero que, según nuestra teoría elaborada un poco sobre la marcha, ya te dice mucho sobre si el restaurante es bueno o no.

La verdad es que la tempura era bastante normalita e incluso el rebozado era demasiado grueso para nuestro gusto, pero los gyozas estaban muy buenos y tenían un sabor muy auténtico e intenso.

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Después, lógicamente, pedimos cada uno un bol de ramen.

David pidió un ramen Shoyu, de salsa de soja y caldo de pollo y cerdo con huevo, cebolleta, maíz, cha-shu, alga nori, natuti wakame y ajo quemado. Además él le añadió más alga porque le gusta mucho y el camarero se lo recomendó porque pegaba mucho. Le gustó mucho y el sabor era muy intenso.

izakaya

Yo, en cambio, pedí el ramen Miso de caldo de pollo y cerdo con salsa de miso y el resto de ingredientes igual que el anterior. Le añadí un huevo extra porque me vuelven loca. Lo cierto es que, aunque seguramente haya comido ramen mejores, el sabor era muy bueno, muy intenso y con un toque diferente a los que había probado hasta ahora.

Y… ¿cómo está de precio?

Todo lo que comimos y bebimos (2 cervezas) nos costó 32,55€.

Valoración global

Quizás no sea el mejor restaurante que tenemos en el barrio, pero me parece una opción genial para esos días que no sabes dónde ir.

Los platos que ofrecen son muy buenos y con raciones muy generosas y, aunque no hay una gran variedad ni mucha innovación, es suficiente para que todo el mundo, tenga las preferencias que tenga, encuentre su opción perfecta.

El precio es muy asequible y además hacen menús de mediodía con los mismos platos que ofrecen en carta y a muy buen precio (no recuerdo cuál), lo que resulta ideal si estamos por la zona un día laboral y queremos comer algo bueno pero que no sea un menú de mediodía tradicional.

Una opción muy a tener en cuenta para esos días de antojo de ramen. Que ahora que viene el verano pues igual no son muchos, pero conociéndome no me extrañaría querer comerlos aún estando en agosto.

Teresa

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